Me doy por vencida. Sí, no quiero luchar más. Me rindo. Ya no peleo más porque en verdad ya no tengo recursos para luchar contra lo inevitable. A pesar de todo lo que haga o logre siempre vuelvo a lo mismo, a un abismo de incertidumbres y sin razones. No quiero gastar más mi tiempo en amargarme porque las cosas no funcionan como las planeo, supongo que para eso sirve la improvisacion. Para seguir aunque la razón no sea una justificación y nos duela. Voy a prestarme a los trucos, al por venir, al destino.