Siento un huracán adentro mío, una ráfaga de emociones, todas se mezclan. La alegría de a poco se va fundiendo en el vacío y sólo quedan el dolor, la angustia y la soledad que parecen jamás destruirse, no desaparecen. Los esfuerzos de mi cuerpo por mantener este huracán contenido son inútiles, no se puede ocultar el desastre que ocaciona adentro mío.